miércoles, 17 de agosto de 2011

Capitulo I

Año 2226
Giacomo miraba por la ventanilla del aerostato, pese a que debería haber amanecido hace un rato, el día permanecía oscuro y nublado, la lluvia caía sobre el mar atlántico.
En breves pudo discernir una figura iluminada en la lejanía,era enorme y solo se podía tratar de una cosa. La megafonia del aparato anuncio que en breves llegarían a su destino, la ciudad de Arcadia. Aun en la lejanía se veía enorme, Arcadia era la primera de las hasta ahora cinco ciudades voladoras creadas por el hombre, su tamaño era descomunal, tenia forma de cúpula que se veía adornada por una serie de salientes parecidos a estalagmitas que descendían hacia abajo, y en el centro de estas se encontraba una gran torre que bajaba y emitía una luz enorme, el generador de fusión que permitía que la ciudad siguiese volando. A su vez la luz que desprendía la hacia parecer una estrella cercana dándole un toque dorado.
El adolescente que tenia al lado se removió en su asiento despertándose por el mensaje, el resto del pasaje empezó desperezarse y prepararse para la llegada. El joven al mirar por la ventanilla quedo asombrado al observar la ciudad, probablemente era la primera vez que viera una de las ciudades voladoras, y Giacomo reconocía para si que pese a haber estado en Nueva Roma y Nueva Atenas, Arcadia quitaba el aliento por su tamaño.
Giacomo tenia veinti ocho años, su piel era morena,sus ojos eran marrones, y su pelo castaño largo recogido en una coleta,era algo delgado y de estatura media
Vestía ropa sobria y funcional, un mono de color ocre, con tonos verdes.
Cuanto mas se acercaban a Arcadia, mas grande se apreciaba, el aerostato entro a baja velocidad en uno de los hangares de la parte inferior de la cúpula.
El hangar tenia el tamaño justo para el aerostato, los aerostatos inventados hacia cincuenta años, usaban el modelo estándar de los viejos aviones de pasajeros, solo que en vez de ir a propulsión, se mantenían en el aire por una serie de turbinas, así pues eran muy maniobrables y fáciles de aterrizar.
Una vez en el hangar, había una pequeña multitud, esperando a los viajeros, Giacomo cogió su bolsa y descendió del aerostato, abajo le esperaba uno de los mecanos del gremio de exploración, al ver a Giacomo el androide reconoció le inmediatamente y se acerco.
-Bienvenido a Arcadia señor Ammantini, soy Stanislav, me manda el director del gremio, para llevarle a su alojamiento.- El mecano tenia aspecto mecánico y crudo, así que probablemente seria uno con uno o dos años de vida, y aun no se había decidido a modificarse.
Giacomo le estrecho la mano y ambos partieron por el laberinto de pasillos buscando un ascensor que le llevara a su alojamiento, la parte inferior de la cúpula, estaba ocupada por los accesos a los hangares y los laboratorios, por lo que no era raro que la mayoría de caminos estuviesen restringidos, los pasillos eran amplios, y estaban fuertemente iluminados, con escasa decoración y alguna cámara cada pocos pasos. Intentando amenizar el viaje le pregunto a Stanislav.
-¿Llevas mucho en el gremio?
-Empece hace casi un año, según el ordenador central era lo que mas disfrutaría, pero aun no me han otorgado ninguna misión de campo, me tienen de chico de los recados todo el día- Giacomo le entendía, había pasado por lo mismo tras entrar en el gremio, el primer año apenas hay oportunidad de salir de una de las ciudades donde los jóvenes, o mecanos recibían el entrenamiento necesario para ejercer fuera.
-No te preocupes enseguida te dejaran pilotar un Icaro para misiones de reconocimiento.- El icaro era una nave biplaza con gran autonomía, que se usaba para cartografiar y explorar zonas en profundidad.
Continuaron el trayecto en silencio, descendieron en uno de los ascensores de mayor tamaño hasta la planta de alojamientos temporales, planta era un eufemismo, puesto que en ella se podía llegar a alojar unas quinientas personas. Ocupaba tres niveles de una de las estalagmitas principales, y estaba dispuesta en forma de corredores llenos de habitaciones bastante amplias y confortables para ser temporales.
-Vendré a recogerle en dos horas.-Dijo despidiéndose el mecano.
Giacomo entro en su habitación, había una cama de tamaño considerable, un escritorio por si lo necesitaba y un transmisor, la decoración era lujosa, con diversos cuadros digitales y muebles construidos de forma barroca, personalmente no le gustaba demasiado el estilo, pero era lo que mas se hacia por aquí. A su vez tenia una ventana considerable,lo cual era un lujo en este sector por lo que sabia, desde la que se veía la tormenta que había fuera y se medio discernía el océano Atlántico que ahora sobrevolaban.
Dejo sus pertenencias y se encamino al cuarto de baño donde se aseo y preparo para salir, se vistió con (ropa por discernir), y se preparo para recepción con el director.
Stanislav llego como le había dicho a las dos horas y lo acompaño por los pasillos hasta la sección del gremio. Era una de las estalagmitas centrales, que rodeaban al reactor de la ciudad, en ellas se encontraban las oficinas de los gremios, la entrada era una basta estancia circular de unos quinientos metros en la que habían diversos ascensores, así como asientos y unas cuantas mesas de recepción, estaba decorada con frescos que se asimilaban a los mosaicos de la vieja Roma, en ellos se veían todos los continentes en detalle del mundo.
Descendieron en un ascensor hasta el despacho del director Sterling, el despacho era bastante grande,era un caos, estaba lleno de antiguos y nuevos mapas revisados esturreados en algunas estanterías, antigüedades, una escultura en mármol que representaba a Dedalo con su hijo; y finalmente una mesa central con una terminal de ordenador.
-Ah Stanislav, y supongo que este joven debe de tratarse del señor Ammantini- Dijo Sterling incorporándose de su silla para saludar a los recién llegados.
Sterling era un hombre mayor, ya rozaba los ochenta años, pese a ello aun tenia un cuerpo vigoroso para su edad,no tenia ninguna modificación mecánica evidente, y tenia un rostro aun enérgico,su pelo era corto y blanco por la canas. Sus ojos estaban llenos de vida.
-Es un placer conocerle Director Sterling, mi padre me ha hablado mucho de usted.-Dijo Giacomo estrechándole la mano.
-Si, tu padre es un buen hombre y ha realizado mas de un encargo para mi, Stanislav puedes dejarnos ya, la señora Pinsard requiere de tus servicios en Cartografiá.
Dicho esto Stanislav salio de la habitación por el ascensor que habían usado antes.
-Bueno joven. ¿Te comentaron en Nueva Roma cual es el proyecto por el que te he hecho venir?.
-Me comentaron simplemente que se trataba de un asunto de alta importancia, pero nada mas, se me informo ayer que debía venir, puse todos mis asuntos en orden antes de partir como me aconsejaron.
-Buena precaución, porque si todo sale bien no vas a volver en una temporada.-Añadió Sterling con satisfacción.- Entonces me toca a mi explicarte todo el proyecto. Como sabrás han pasado sesenta años desde que los primeros miembros del proyecto surgieron de los bunkers de Reikiavik.-Tomo una pausa y su rostro mostró una gran nostalgia.- En estos sesenta años, hemos reinstaurado gran parte de Europa así como el norte de África, ahora mismo estamos operando al máximo de nuestra capacidad, a la hora de asimilar nuevas poblaciones y conseguir que se nos unan, es un ritmo lento, mientras que el mundo se esta despertando del letargo del invierno nuclear.-Giacomo sintió excitación al suponer lo que diría ahora.-No podemos aumentar la velocidad que llevamos ahora, pero si podemos intentar dar con estos viejos restos de la humanidad e intentar que no se decarrien de nuevo. ¿Entiendes que quiero decir?
Giacomo asintió sin decir nada, la idea ahora mismo se le quedaba muy grande.
-De momento estamos preparando cinco equipos, cada uno destinado a un rincón del mundo, esperamos poder contar contigo para este proyecto.-Sterling hizo una pausa y miro a Giacomo.
Giacomo trago saliva y respondió.
-Por supuesto, esto es algo asombroso, no podría quedarme fuera de esto.
-Ese es el espiritu.- Dijo sonriendo Sterling

jueves, 24 de marzo de 2011

Preludio

El doctor Samuel Lether se despertó en el asiento del avión poco antes de tomar tierra, por la ventanilla se veía aun el océano Atlántico, estaba atardeciendo y el sol se ocultaba en el horizonte. Según le había dicho el piloto en media hora llegarían a Reikiavik, el viaje desde el Congo había sido agotador.

Tenía el pelo despeinado, llevaba barba de un mes sin afeitarse, y los ojos rojos de no dormir, vestia un traje muy usado de color ocre, con camisa marrón sin corbata. Tenia solo 32 años pero parecia mucho mas viejo, los ultimos años de trabajo habian sido agotadores.

Intento relajarse pero le era imposible, como había hecho ya varias veces en aquel viaje comprobó el contenido de su maletín, todo seguía donde debía.

Conforme se aproximaban al aeropuerto, se alarmo de la falta de actividad que había en el solo unos pocos coches aparcados, esperaba que al menos uno de ellos fuera el suyo.

Al bajar del avión privado, le esperaba un hombre de mediana edad que vestía un chaleco largo y un traje gris. Su ánimo era turbio y parecía nervioso.

-Saludos doctor Lether, soy Mathew Oaks, me envían del refugio a buscarle, ya solo falta usted, por supuesto los pilotos del jet tambien vendran con nosotros.

-¿Ya están todos? Entonces…ya ha comenzado ¿Verdad?-Noto como su ánimo se desvanecía.

-Si nuestras peores expectativas se han hecho ciertas, hace dos horas que los misiles salieron, es cuestión de tiempo que todo acabe.

-Al final si fuimos tan estúpidos.-Desde que le pidieron que formara parte del proyecto siempre había albergado la esperanza que nunca llegarían a tal extremo.

Lether había entrado en el proyecto cuatro años antes, la idea en principio era simplemente hacer una enciclopedia de todo conocimiento humano, y recabar datos genéticos de todo ser vivo, con el fin de que si en un futuro se extinguían las especies o hubiera cualquier problema nada de ello desapareciera. Por desgracia la guerra entre Estados Unidos y China que había comenzado hace poco menos de un mes volvió a sembrar el pánico en el mundo a una guerra nuclear. Este miedo quedaba justificado con el lanzamiento de su arsenal nuclear por parte de estados unidos sobre China. Afortunadamente la cabeza del proyecto Jarl Gurguinson había previsto tal eventualidad, y gracias a su fortuna y contactos había preparado un bunquer en Islandia con capacidad de almacenar la información y unas 3000 personas. En el se reunian especialsitas de todos los campos tanto cientificos como culturales, la idea no era salvar solo la ciencia, sino tambien la cultura y el saber de la humanidad.

-Acompáñenme el helicóptero nos espera cerca de aquí.

El aeropuerto esta vacio, el camino hacia el helipuerto fue sombrio, los pilotos que le ayudaban con las malestas que traia maldecian su suerte, pues desconocian que seria de sus familias, el conductor del helicoptero estaba impaciente y les insto a subir rapido.Una vez en el helicóptero,se dio cuenta que estaban evacuando a dos familias mas que no habian conseguido refugio la sensacion de miedo era omnipresnete, Oaks se sentó a su lado.

-¿Consiguió todas las muestras necesarias?

-Por desgracia pese al número de personal destinado solo conseguimos un 85 por ciento de las muestras. El doctor Strauss se quedo con el resto del equipo para intentar conseguir algunas muestras más, espero que su refugio aguante.

Su tarea en el Congo era reunir material genético de las especies tanto animales como vegetales que la poblaban, su equipo lo formaban treinta biologos y genesistas, dirigidos por el doctor Strauss, que había cedido su puesto a Samuel para ir a Islandia. El grupo de etnologos e historiadores habian partido el mes anterior ya para Reikiavik.

-Bueno ahora mismo no le podemos hacer nada. Al menos de África tenemos bastantes muestras

Por lo que el sabia, algunos equipos en otras partes del mundo no habían podido ser trasladados y se habían tenido que buscar refugios en las zonas en las que se encontraban en esos momentos así mismo como gran parte de su equipo.

-Que equipos no han conseguido llegar?

-De el sureste asiático no ha conseguido llegar ninguno, el equipo que venía de Australia se ha quedado atascado en Sudamérica. A su vez varios equipos como el suyo solo han logrado mandar un hombre, han quedado casi un millar de plazas libres en el refugio, hemos admitido algunos habitantes locales, aunque la poblacion ya esta a estas alturas en los refugios del gobierno asi no se sobrepoblavan tanto.

Mientras hablaban se veia la ciudad de Reikiavik desierta, la imagen era pertubadora

El helicóptero los dejo arriba de la instalación que se encontraba cerca de las cascadas de Gulffoss . Los pilotos y personal civil bajaron rapidamente al bunquer mientras Lether y Mathew se quedaron parados un momento en la entrada.

-Bueno ya estamos, cuando entremos se cerrara la puerta y nosotros no volveremos a ver el exterior, aproveche la oportunidad doctor Lether.

Lehter tomo aire por última vez y siguió a Mathew al refugio. La puerta se cerró tras ellos.

Una vez dentro Mathew le guio por las instalaciones hasta lo que se convertiria en su hogar el resto de su vida, era un pequeño cuarto en el cual habia una cama, una mesa con un ordenador.

-Se que parece poca cosa, pero es un lujo creame tener un cuarto para usted solo en el refugio, ahora descanse, el señor Gurguinson querra hablar con usted despues.-Dicho esto abandono la habitacion dejandole solo.


martes, 22 de marzo de 2011

Otro comienzo

Llebo años con la idea de escribir una historia narrada y hoy es un buen día para que lo vuelva a intentar. Asi que sed bienvenidos a este rincon de la red donde lo peor que os puede pasar es que os aburra o mortifique con mis entradas.